lunes, 20 de diciembre de 2010

Salon Victoria - Oh! Carol

Un poco de musiquita para limpiar este lunes de mierda....

Salón Victoria!

Un poco de Ska no viene mal!

Siempre con un tinte egocéntrico, obviussly!!!!!



martes, 7 de diciembre de 2010

Limpiate si podés... :P






En esa inconstante búsqueda de la felicidad, pasa a veces que se dejan heridas abiertas. Vamos por nuestro camino tomando las manos de quienes creemos nos asistirán en nuestra empresa, y más que la mano a veces tomamos el brazo entero. Creemos que son ésas las otras almas puras que podrán salvarnos de nuestra desidia. Ya sin importarnos el daño que podremos causar al otro, exprimimos su solidaridad, su bondad, su amor, nos quedamos con todo, le aspiramos hasta el último vestigio de buena fé, nos alimentamos con su sangre amable, con sus palabras aterciopeladas, con su compañía, con su tiempo, con su sonrisa, con su aroma. Se lo absorbemos todo y lo dejamos a un costado porque, oh!, no, no era ésa persona nuestra luz, nuestra salvación, nuestro prado llano para descansar.

Y ahí queda el otro, atormentado, confundido, mareado, traicionado, ultrajado en lo más puro de su ser por un alma egoísta, por un aura enferma de individualismo.

Difícil es para ciertas personas abstenerse a estos seres ingratos, porque, cual peones de Satán, disfrazan su oscuridad con una sonrisa de dientes perfectos y unos ojos tristes, que se hace imposibles no abrazarlos… y ahí caen las almas bondadosas. Creyéndose santos y en su deber, se abren de par en par para darle al otro eso que necesita: el rayito de luz, la palabra justa, el abrazo cálido, el tiempo necesario para escuchar sus lamentos, sus reproches, sus historias de vida, pobres vidas… ¿cómo no mantenerse cerca?, ¿quién lo ayudará a levantarse si no yo?... dicen.

Hay personas que parece, vienen a este mundo a servir de carnada para estos otros. Se entregan completas a la necesidad ajena, dan todo desde un primer momento, y cuando ven que se les agota lo que tenían para dar, y nada han recibido a cambio, sucumben en la más grande tristeza.

Yo los definiría como “los boludos” y “los hijos de puta”. Así sin más, basta de poesía barata y palabra decorada.

Tanta sanguijuela dando vueltas ya da asco, y tanto boludo que se deja vaciar, más todavía…

No se a que viene semejante reflexión, pero se ve que lo tenía guardadito en algún rincón y la idea se abrió paso y acá está.


Ahora… yo era la boluda o la hija de puta????....