martes, 3 de noviembre de 2009

Limpieza I: Los que no miran para cruzar la calle.

Iba yo caminando plácidamente por una de las calles principales del barrio porteño en el cual, circunstancialemente estoy viviendo.
Ensimismada en mis pensamientos pero alerta a los transeúntes que van por la vida sin ver a quién tienen a sus costados, evitando cualquier tipo de posible colisión entre ellos y yo, me dispuse a cruzar otra calle que interecede a esta por la cual venía, y que también es muy transitada.
Entre Cuenca y Nogoyá, las calles en cuestión, hay dos semáforos, ya que ambas son de una sola mano, pero con alto tránsito.
Lógicamente, y pese a estar inmersa en mi mundito, me detuve en la esquina a obserar la disposición de los colores en el Sr. Semáforo, el cual, según le enseñó Flavia Palmiero a mi generación indica lo siguiente:
Rojo: paro!
Amarillo: me pongo a pensar.
Verde: cruzo.
Ya me tiro por el tobogán
Ahora me cierra un poco más por qué a esa teenager le aplastó el pie derecho el corsa que venía cruzando en verde la esquina.
Claaaaaaaaaaaro!!!! Ella no sabe de la canción de Flavia!!! Ahí está!!! La señorita debió haber pensado que verde, era para que ella cruce mientras miraba a una de sus amiguitas que venía justo del lado contrario al auto.
Y la pobre chica que conducía el vehículo, que paró, bajó, se acercó, estaba furiosa, roja de cólera. Yo no pude hacer más que verle la cara a la conductora. Fuera de sí, con ganas de ahorcar a la chiquita ésta de no más de veinte años que muy inconscientemente cruzó sin ver, ocasionando en la vida de quién manejaba un innecesario dolor de cabeza.
Por la vecina al volante que todavía debe estar en la comisaría comiéndose flor de garrón, es que escribo esta entrada. Habría que limpiarles la cabeza a todos los pequeños de la década del noventa, e incorporales la letra de Sr. Semáforo, a ver si aprenden a cruzar la calle de una vez por todas, y se dan cuenta de que no todo en la vida es el pasito flogger y el flequillo sobre el ojo, que no les deja tener un buen panorama, produciendo accidentes como estos y otros tantos... además de un look sumamente bizzaro.
He dicho.

2 comentarios:

Afrodita dijo...

Es que, yo siempre lo he dicho, la juventud es muy alocada. Van por la vida como si fueran a comerse el mundo.
¡Qué lástima!

Anónimo dijo...
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