jueves, 25 de febrero de 2010

Yeta... Al lavadero!





Sí, sí, ya lo sé... uno por más que quiera cambiar las cosas, tiene la puta cruz en la frente y el destino enterrado en el medio de los ojos, y muchas veces, hay que resignarse a la poca suerte que lo ilumina.


Particularmente soy una persona que dicen, no tengo suerte.

Aseguran que todo me cuesta un millón de veces más que al común de las personas.

Afirman que no tendré nada "de arriba" y que para todo me voy a tener que romper muuuucho.

Me tiran las cartas, y me rodean las espadas....

Voy por la calle, y los gatos negros se cruzan como por deporte.

Si le juego a los 100 números de la rifa, igual pierdo.

Convengamos que la dicha estelar no está de mi lado.


Pero tomé una determinación: Me resbala!

¿Y saben por qué? Porque estoy rodeada de gente que me aporta su propia suerte, que me da una mano, que no me deja tirada ni un poquito.

Porque me dijeron que soy buena mina, que me lo merezco, que me lo gané.


Asi que la yeta no me llega... porque ellos son mi gran escudo.


Gracias por tanto, y... perdón por tan poco...



No hay comentarios: